sábado, 11 de agosto de 2012

La caperucita roja

Este cuento lleva el nombre, ya que su personaje principal lleva puesto una caperuza roja.  Fue recopilado por primera ver por Charles Perrault en 1697, sin embargo en esta se suprimió el final, ya que en este, el lobo invitaba a caperucita a comer carne y beber sangre de la abuelita a quien acababa de descuartizar, esto era para darle una lección a las niñas de ese entonces para que no entablaran amistad con extraños.

Ludwig Tieck en 1800 escribió "Vida y muerte de la pequeña caperucita roja, una tragedia", en donde se proponía que el leñador salvara a Caperucita y su abuelita.

En 1812 los Hermanos Grimm propusieron un nuevo giro de los eventos para la historia y fue esta la versión que se hizo popular.

Caperucita Roja era una niña que vivía con su mamá, quien le había hecho una hermosa caperuza roja con mucho amor. Tenía una abuelita que vivía al otro lado del bosque y que se había puesto enferma.

La mamá de Caperucita le encargó visitar a la abuela llevándole un cesto con ricos pasteles y frutas. Y le recomendó que no se aparte del camino ni converse con extraños.

A mitad del trayecto se le apareció un lobo que le preguntó a donde iba y que llevaba. Caperucita le contó de su misión y el lobo le propuso una carrera para ver quién llegaba primero. Como había dos caminos, el lobo le dio a Caperucita la que tenía muchas flores y pajarillos esperando que distraigan a la niña.

El lobo llegó rápido a la casa de la abuelita y fingió la voz de Caperucita. La viejita le dijo que ingrese pues la puerta estaba sin llave. El lobo entró y devoró a la abuela de un solo bocado. Entonces se metió a la cama poniéndose un gorro y los lentes de la anciana.

Cuando Caperucita llegó la casa y se acercó a la cama creyendo que estaba su abuelita. Pero al notarla cambiada le dijo “¡Abuelita qué ojos tan grandes tienes!” y el lobo respondió “son para verte mejor”. Entonces Caperucita le dijo ¡Qué  orejas tan grandes tienes! y el animal respondió “son para oírte mejor” Finalmente la niña preguntó ¡Qué dientes tan grandes tienes! y el lobo le dijo “¡Son para comerte mejor!”. En ese el lobo intentó coger a la niña pero ésta lanzó un grito que llegó a oídos de un leñador que pasaba cerca. El leñador le dio un palazo y le abrió la panza de un hachazo. La abuelita salió con vida milagrosamente y abrazó a su nieta. Caperucita le pidió perdón por haberse dejado engañar por el lobo. Después le prometió a su mamá nunca más desobedecerla. 

Gracias.

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